El 9 de noviembre de 2011, la Asociación Holandesa para el final voluntario de la vida (NVVE) anunció que una persona con Alzheimer en una etapa avanzada recibió la eutanasia en los Países Bajos. Walburg de Jong, portavoz de la asociación, dijo que este es “un paso importante: Antes, los pacientes que murieron por eutanasia lo hacían en etapas muy tempranas de la demencia, pero este no fue el caso de esta mujer. ”
La ley holandesa permite la eutanasia sólo cuando el paciente lo solicita, en plena posesión de sus facultades, y sufre dolores insoportables debido a una enfermedad diagnosticada por un médico como incurable. Una mujer de 64 años, al el sur de los Países Bajos, estaba enferma”desde hace mucho tiempo” y manifestó durante “varios años” su deseo de ser eutanasiada, según la NVVE.
Según NVVE, el caso de esta mujer de 64 años de edad, reconocida como demente y sin embargo eutanasiada, sería un mensaje para “los médicos, porque a menudo se niegan a aplicar la eutanasia a las personas en etapas avanzadas de la demencia”.
Recojo esta noticia de Le quotidien du médecin en su edición del pasado 9 de noviembre.
Quizá no sea el primer caso de eutanasia más allá del consentimiento informado en ese momento. Según las mismas estadísticas holandesas, más del 50% de las aplicaciones de eutanasia no son reportadas, como sería preceptivo legalmente.
Sí que es el primero que se reporta en Holanda. El caso pone de manifiesto la aplicación de la eutanasia a una persona que en ese momento parece que no sufría, y que desde luego no era capaz de pedirla. Se transgreden las dos condiciones legales para la aplicación de esta norma. No aparece recogida en la noticia quién tomó la decisión de acabar con la vida de esa persona.
Dentro de unos días el caso se llevará ante uno de los cinco comités que velan para que se aplique correctamente la ley. ¿Se va a dar alguna condena de los que han intervenido en ella? Sin duda, ninguna. Más bien se va a ampliar la aplicación de la ley a casos similares.
El camino en la aplicación de la ley ha sido: suicidio asistido, eutanasia por dolor físico, dolor psíquico, aplicación a los menores, y posiblemente el actual de no necesidad de consentimiento en el momento de la aplicación.
La “ley del plano inclinado” no es una teoría para atacar la evolución de las leyes, sino la realidad de lo que ocurre, cuando voluntariamente no se fijan límites infranqueables en la protección de la vida. En un estado democrático, es lícita esta opción, aunque a mí me parezca que atenta contra la dignidad del ser humano. Lo que no sería democrático sería no querer reconocer la realidad de los hechos, y mantener unos límites que está demostrado que en poco tiempo se hunden.
Subscrever:
Enviar feedback (Atom)
Sem comentários:
Enviar um comentário